Conversando ayer con mí esposa en esas excelentes tertulias matutinas o nocturnas en las que nos sumergimos con regularidad para hablar de Filosofía, política y ciencia, me leía unas entrevistas de Foucault, el gran pensador francés, que me recordaron sus planteamientos esenciales acerca del poder, ya al final de su vida. Decía que no había una sociedad en la que no hubiesen Relaciones de Poder, que estas relaciones son parte de la vida cotidiana, que se fundamentan en muchas circunstancias, y que cuando se cimentan y se burocratizan deberían ser entendidas como Relaciones de Dominación; por ejemplo, frente al Estado (cualquier Estado del mundo) tenemos Relaciones de Dominación pero en mi casa, en convivencia con mi familia, las personas tienen Relaciones de Poder. Y afirma, −y esta es la parte interesante−, que como las Relaciones de Poder son inevitables, lo que corresponde es discutir las Prácticas de Libertad, o sea, cómo voy a conducir mi libertad frente a los demás y frente al Estado, y que si se pierde de vista este tema, se olvida lo esencial de los problemas políticos de la sociedad moderna, y esto es lo mismo para una sociedad comunista que para una con economía de mercado. Pues bien, en efecto, todas las posturas cercanas al socialismo nos persuaden de que no es así, de que lo que hay que ver es la gestión colectiva de los Medios de Producción, que en ello consiste la verdadera libertad y realización humana. Marx pensaba que en la colectivización estaba al fin el control del poder y la eliminación de lo que Foucault llamaría más luego, Relaciones de Dominación; un ejemplo, entregarle a los Consejos Comunales en Venezuela (que en Cuba se llaman Consejos de la Revolución) o a la sociedad entera, las fábricas. El problema con esto es que la gestión colectiva directa es imposible porque siempre hay que nombrar delegados o representantes para la gestión operativa, y cuando se hace eso se enajena la vida social y se crea un poder. En el camino perdemos la libertad porque se la entregamos a los representantes, es decir, Foucault tenía razón
miércoles, 20 de enero de 2016
sábado, 16 de enero de 2016
"Solo el pueblo" habla...
Uno no puede dejar de sentir cierta complacencia por lo ocurrido ayer, 15 de enero (2016), en la Asamblea durante la presentación de la memoria y cuenta del presidente de Venezuela, sobre todo por el aire de democratización de la vida política que se ha empezado a notar en este país, al menos temporalmente: ya Diosdado Cabello (el segundo al mando después del presidente) no se ve tanto como el rey de un feudo o el jerarca militar de una tropa en la asamblea, el único que puede hablar en el parlamento, sino como un líder más que dan su opinión, entre tantos; al menos así ha comenzado a verse. La democracia no son solo con procesos electorales, como cabrá imaginar, sino algo más profundo; por ejemplo, tiene que ver con la visibilidad de los actores políticos. Tenemos 17 años con un solo actor visible y eso ha sido desastroso para la nación que lo ha pagado con la creación de un grupo encerrado en sí mismo y que sólo escucha a los suyos. La soledad del poder, la falta de controles, siempre termina en lo mismo, los grupos se vuelcan sobre sí mismos y terminan en conclusiones impensables; por ejemplo, los chavistas creen sinceramente que son imprescindibles para la estabilidad política (si se van todo se volvería un caos) y han creado una deidad que metieron en un panteón o una iglesia en el 23 de enero para venerarla; y en el camino han hecho cosas como desmantelar los equipos de la televisora de la Asamblea Nacional (ANTV), porque, al parecer, la oposición no tiene derecho a expresarse, es decir, ahora la asamblea no puede tener un canal de televisión para trasmitir sus debates; ese derecho solo existiría si los chavistas fuesen mayoría en el parlamento. Por eso lo que dijo Ramos Allup (el nuevo presidente opositor del parlamento) cuenta y mucho… sobre todo cuando, desde hace unos cuantos años, en nombre del pueblo se sostiene la tesis de que solo el pueblo puede hablar, es decir, los chavistas... Parece que en nombre del socialismo, al igual que en nombre del cristianismo, los políticos se toman ciertas libertades.
miércoles, 6 de enero de 2016
Las miserias de la política tropical
La imagen que acompaña estas líneas corresponde con el momento en que el diputado Héctor Rodríguez (del oficialismo) le retira por la fuerza el micrófono a Julio Borges, de la oposición, para que no hablara, durante la sesión de instalación de la Asamblea Nacional (5 de enero de 2016). Es decir, quería obligarlo por la fuerza a que no hablara. Y yo me pregunto, es que acaso no hay procedimientos administrativos, protocolares para hacer esto en un parlamento?, ¿o será que esta es la sala de la casa de este diputado?. Tomar la palabra en cualquier parlamento del mundo es un hecho administrativo, burocrático, es decir, no es personal y no se puede resolver quitándole el micrófono a las personas o amenazándolas para que no hablen. Pero no es la primera vez que ocurre y esto es lo lamentable. Bueno... deben ser las miserias de la política tropical, la razón por la que damos pena en el exterior, y es vergonzoso cuando viene de los que dicen amar más que los demás a la humanidad..!
Debe ser que en Venezuela los chavistas (es decir, los nuevos socialistas) consideran que es bueno golpear burgueses y claro...nadie piensa en diálogo en estos días..!
Debe ser que en Venezuela los chavistas (es decir, los nuevos socialistas) consideran que es bueno golpear burgueses y claro...nadie piensa en diálogo en estos días..!
martes, 5 de enero de 2016
Por qué perdieron la Asamblea...
Acaba de terminar la instalación de la Asamblea Nacional y los chavistas nos vuelven a recordar lo mismo de siempre, a saber, que ellos son los únicos salvadores contra el problema de los problemas que es la Burguesía depredadora. Eso me recuerda años atrás cuando todo era culpa de los "desestabilizadores"...! Algunos pueden quedar confundidos pero la verdad es que las palabras del chavismo hace tiempo, dejaron de corresponder con la realidad: No pueden hablar de honestidad porque los sobrinos de Cilia Flores los consiguieron con 800 kilos de cocaína, ni de represión política porque ahora el chavismo tiene sus presos políticos, es decir, sus perseguidos por criticar al gobierno (si fuesen una clase política superior no deberían cometer los mismos errores de los adecos). No pueden hablar de golpes de estado y presentarse como los verdaderos demócratas porque en el año 1992, el mismo Hugo Chávez dio un Golpe de Estado. La oposición lo hizo y ellos también.
Quizás haya que recordar una regla invaluable de la política: Los pueblos se cansan de pasar hambre, y si se da el tiempo suficiente terminan por causar una rebelión. Fue lo que motivó la Revolución Francesa, lo que motivó el caracazo, lo que motivó las guarimbas del año pasado y lo que motivó los resultados electorales del 6 de diciembre. Si el chavismo quiere creer en la teoría del "engaño" por parte de la burguesía, están en su derecho, pero los adecos dijeron lo mismo cuando el caracazo porque cuando un grupo político está mucho tiempo en el poder (al menos en Venezuela) pierde el sentido común. Chávez supo interpretar correctamente lo que pasaba en los años 90, se apoderó de ese sentimiento popular, y por eso conquistó el poder; ahora van a perder el poder porque ya no interpretan la voluntad popular. Es una gran lección histórica: No digas nunca de esta agua no beberé (les dejo la imagen de la posición del gobierno de Lusinchi en los días previos al caracazo, que decía que la crisis no existía sino que la habían inventado los medios de comunicación social)..
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